Archivo para junio 2008

Para José Manuel Morera   3 comments

 

El señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social en Costa Rica, Centroamérica, Licenciado Francisco Morales, tomó de su valioso tiempo, un espacio para responder mi inquietud. (ver mi sugerencia en el Diario Extra, con el título «Los cien artículos del señor Ministro de Trabajo», transcrito en esta página).

Transcribo sus palabras, publicadas en el Diario Extra, Sección Opinión, 23 junio 2008.

«El 9 de junio del 2008, el señor José Manuel Morera Cabezas comenta generosamente mis Cien Artículos en el Diario Extra.  Dice simpatizar con ellos y hasta considera saludable para los lectores conocer el pensamiento de los funcionarios de Gobierno. Hasta por eso le contesto.

Pública fue la interpelación y pública debe ser la respuesta.

Eso es algo de lo que hoy llaman rendición de cuentas del funcionario público. Más todavía: sin darnos cuenta y sin querer – ó queriéndolo, no sé – los políticos tenemos la tendencia a informar siempre lo que agrada. Lo que suena bien. Hasta, si se quiere, magnificamos las cosas que hacemos. Pero las cosas que no son tan gratas las minimizamos. Ese podría ser su caso.

Cuando asumimos el gobierno del Presidente Arias nos empezaron a llegar asuntos como el suyo, de funcionarios de diferentes instituciones públicas e incluso del poder central.

La administración anterior había emitido el Decreto 33080-MTSS-H que se refiere al cálculo de la deuda por cotizaciones al fondo de la pensión al valor actual. Los funcionarios esgrimen los mismos argumentos suyos.  Usted expresa que debió reintegrar el 50% de la suma adeudada para acogerse a la pensión.

Reitero que desde que asumimos el Ministerio estamos estudiando la situación. Hemos hecho reuniones en el Ministerio, en la Defensoría de los Habitantes y la última reunión con representantes de organizaciones interesadas fue en el Despacho del Ministro de Hacienda, funcionario competente y de reconocida sensibilidad social.

Ahora estamos esperando la respuesta de la Procuraduría General de la República a una consulta de la Doctora Lisbeth Quesada Tristán, Defensora de los Habitantes». 

Publicado junio 29, 2008 por José Manuel Morera Cabezas en Opinión

Apellidos y nombres más comunes en Costa Rica   22 comments

En Costa Rica, Centroamérica, tres apellidos se pelean el primer lugar. O sea, son los más populares. Por ahora, no consta la cantidad de cada uno de ellos, hasta un nuevo estudio para lograr la cifra exacta. Ellos son.Ricardo Jiménez Oreamuno

– Jiménez
– Mora
– Rodríguez

En la fotografía, nuestro expresidente de Costa Rica don Ricardo Jiménez Oreamuno, períodos 1910-1914*1924-1928*1932-1936.

Otros ocupan posiciones más abajo que los anteriores. Citemos.

– González

– Hernández.

Otra gran variedad de apellidos son muy conocidos o populares. A saber.

Morales, Sánchez, Ramírez, Pérez, Calderón, Gutiérrez, Rojas, Morera, Vargas, Torres, Salas, Segura, Valverde, Villalobos, Araya, Herrera, López, Madrigal…

NOMBRES MÁS COMUNES

Los nombres más utilizados en nuestro país son:

– José
– María
– Jesús.

Sin duda, la influencia de estos nombres provienen de LA BIBLIA, posiblemente en otras naciones también son de uso popular.

De estos nombres, hallamos infinidad de combinaciones. Citemos algunas.

José María,
José Carlos,
José Enrique,
José de los Reyes,
María Cristina,
María Pura,
María Magdalena,
María Perfecta,
María de Jesús,
Rey de Jesús,
Jesús de Nazareth,
María Elena,
María José,
Virgen María,
María Iluminada,
María Ester,
María Preciosa,
Jesús Antonio,
Jesús María,
Estrella de Jesús,
Teresa del Niño Jesús,
Reina de Jesús,
Sacramento de Jesús,
Jesús de los Ángeles…

DATO CURIOSO O DESTACADO

Corresponde al nombre MARÍA DE LOS ÁNGELES. Es posible que en todas la combinaciones de apellidos, existe por lo menos una mujer con ese hermoso nombre. En la combinación de los apellidos RODRÍGUEZ-RODRÍGUEZ, existen 28 PERSONAS con igual apellidos y nombres.

INFLUENCIAS MODERNAS

Hoy, los nombres van cambiando. Nos adaptamos a otras influencias. Las nuevas generaciones reciben el bombardeo de otras culturas con la facilidad de acceso a los adelantos tecnológicos que hacen mayor la comunicación y conocimientos. Es ya normal, encontrar nombres en personas difíciles en su escritura y pronunciación, aplicados a niños y jóvenes. (ver listado de nombres en este blog).

NOMBRES DE NUESTROS EXPRESIDENTES Y JEFES DE ESTADO

– Oscar Arias
– Cleto González
– Ricardo Jiménez
– Jesús Jiménez
– Juan Mora
– José Rafael De Gallegos
– Bernardo Soto
– José María Montealegre
– José Joaquín Trejos
– José María Figueres
– Rodrigo Carazo
– Luis Alberto Monge
– Mario Echandi
– Otilio Ulate
– Teodoro Picado
– Rafael Ángel Calderón
– León Cortés
– Julio Acosta
– Braulio Carrillo
– Manuel Aguilar
– Francisco Morazán
– Francisco María Oreamuno
– Daniel Oduber
– Juan Rafael Mora
– Bruno Carranza
– Tomás Guardia
– Aniceto Esquivel
– Vicente Herrera
– Próspero Fernández
– Carlos Durán
– Rafael Yglesias
– Ascensión Esquivel
– Alfredo González
– Federico Tinoco
– José Figueres Ferrer

Publicado junio 21, 2008 por José Manuel Morera Cabezas en Opinión

¡Pagador, pagador, viene el pagador!   2 comments

Anécdota, a mis compañeros de trabajo,
en el Tribunal Supremo de Elecciones y
Registro Civil de Costa Rica. Centroamérica. 

Cada quincena, un personaje muy conocido en nuestra Institución, visitó nuestro centro de trabajo, con la fácil misión de localizar a cada funcionario. Recorrió los principales puntos del edificio, sus oficinas y pasillos, lo conocía como sus propias manos o su casa. Bienvenido por todos, recibió sonrisas, saludos, deseos de buena suerte y apretones de manos. Nadie le hizo «malas caras». Todos nos comportamos a las «mil maravillas» con el Pagador.

Para entregar el pago, iba de oficina en oficina. En algunos casos, los funcionarios más «vivillos» se adelantaban a hacer la fila en las primeras oficinas visitadas por el Pagador, pero siempre topaban con la presencia del jefe de oficina que no era el suyo, prácticamente «echándolo» del lugar. «Vaya a su oficina, el pagador estará allí», decía.

La mayoría del personal, no conocíamos su nombre y apellidos, no era un requisito; el requisito fundamental era conocerlo físicamente, inconfundible de las demás gentes. Nos alegramos cuando descendía del automóvil, siempre necesitamos su presencia y servicios.

Caso contrario, él sí debía conocer nuestra identidad, el nombre, apellidos y número de cédula.

Siempre venía acompañado. Traía bien agarrada entre sus manos, una hermosa compañera, millonaria, vestida de cajita, con olor a madera.

Para nuestro interés, lo conocimos con el sobrenombre de «El pagador». Éste, conoció los datos personales incluidos en nuestro principal documento la Cédula de Identidad, nos comparó con la fotografía, hasta podía observar o conocer el salario devengado, correspondiente a cada trabajador, ocupara el puesto de oficinista, archivista, conserje, conductor de vehículo, guarda de seguridad, electricista, director o magistrado.

Nuestro pancito de cada día, el salario por nuestro trabajo, lo traía en perfecto orden  metido en el seno de la fiel compañera. ¡Nada de computadoras, claves de acceso o barras electrónicas!. Traía millones de colones archivados alfabéticamente.

Cada día de pago, quincenal, su ingreso al edificio se anunciaba con alegría, hasta en el portón principal del edificio lo esperábamos, como aquellos niños que iban a tomar a su maestra de escuela para ayudarla en traer sus pertenencias.

¡Pagador, pagador, viene el pagador!. El grito de alegría de todos los funcionarios.

Y al instante paralizábamos nuestras funciones, eso sí, sin descuidar un minuto al usuario, quien ha recibido el mejor trato y capacidad de sus funcionarios.

Con la identificación en mano, recibimos el ansioso cartoncito de papel llamado «Giro». Nunca le hicimos huelgas o manifestaciones en las calles porque siempre recibimos el salario el día indicado. A nadie defraudó ni evadió.

Ese memorable día, siempre en la mañana, rendía menos la producción del trabajo porque por fuerza mayor había que «escaparse» – con el consentimiento de la jefatura – para convertir el papel en otros más vistosos llamados billetes y monedas.

Algunos, en forma individual, hacían el canje en la Pagaduría Nacional o en las ventanillas de los Bancos; otros, formaban grupos pequeños, de dos o tres personas, por turnos, para no dejar desiertas las oficinas.

Ya por tener a «don» dinero en las manos, de regreso a los puestos de trabajo; nunca faltó el refresco, helados, empanadas con cafecito en algunas de las soditas vecinas o en el Mercado Central, cumplir con un encargo, pagos de la luz, teléfono u otros servicios; también los numeritos de siempre: abonos a las deudas con el «polaco» o la prestamista de dinero, rifas, cooperativas, compra de lotería, «tiempos» y otras diligencias no menos importantes.

Si por algún atraso propio, se nos ausentaba el Pagador con el giro, la alternativa era recorrer la «ruta de pago» en otras instituciones hasta darle «caza» – Estadísticas y Censos, la más cercana – o esperar tres días hábiles para retirarlo en la Pagaduría Nacional. ¡Sí, tres días después!. Bueno, así nos rendía más el dinero.

La otra gran opción para cambiar el giro, consistía en utilizar el servicio que nos brindaba un compañero de la oficina. Siempre protegido por dos «guarda espaldas» (desde luego, compañeros), se echaban encima la inmensa responsabilidad de ir al Banco, hacer la enorme fila y traer el dinero de cada funcionario. En un bolso negro, puro vinil, casi blindado, escondían el sustento de nuestras familias, burlando siempre a timadores y ladroncillos de la calle.

Aquellos valientes, traían el salario de cada uno tal como lo solicitamos, previo a un listado donde se indicaba tantos billetes de mil (no habían inventado los tucanes, o sea,  de cinco mil colones), una cantidad de cien, quinientos, cincuenta y otros, junto a las necesarias moneditas para uso telefónico y pasajes de los buses. Hoy, nadie se atrevería a manejar el dinero ajeno, por aquello, principalmente, de la inseguridad ciudadana en las calles.

Un día, al Pagador lo desaparecieron, junto con su fiel compañía. Jamás volvieron a nuestras oficinas, pasillos y archivos.

La tecnología hizo de las suyas. Pagador y cajita de madera, los mandaron al olvido, ya estaban viejos y obsoletos. A cambio, nos trajeron una máquina con teclas, pantallas y papel, sin brazos y manos para estrechar nuestra amistad y cariño. Cuando nos falla y nos niega la plata, tan solo porque se le «cayó el sistema», nos hace recordar al personaje de la cajita mágica quien nunca nos dijo estar «temporalmente fuera de servicio», más bien , nos prometía volver la siguiente quincena, si Dios lo tenía con vida.

Posiblemente, al aparato en mención, como le sucedió al pagador y la cajita, será reemplazado porque así avanzamos de la mano con la cambiante tecnología que todo lo convierte en obsoleto. Quién va a saber si nos inventan una máquina que nos pueda acompañar a una escapadita y al café en algún lugar de la ajetreada y peligrosa Capital, mientras subimos la cuesta que nos falta hasta llegar a obtener la justa pensión…

Un eterno agradecimiento a todos los funcionarios de la Pagaduría Nacional de Costa Rica, muy en especial a los que desempeñaron la labor de «Pagadores ambulantes» y felicitaciones al personal del Tribunal Supremo de Elecciones y del Registro Civil de Costa Rica, quienes día a día, fortalecen los pilares de nuestra democracia.

Importante: esta es una explicación de la Pagaduría Nacional sobre el proceso del Giro o método de pago a los funcionarios públicos. El giro en tarjeta perforada era el método utilizado hasta mediados del 1988, el cual fue sustituido por el giro en diseño de formulario continuo. Más adelante, en 1989, se establece un plan piloto de pago que consistía en la emisión del giro en formulario continuo, pero el mismo era acreditado en las cuentas corrientes de los beneficiarios; este sistema fue utilizado únicamente por aquellos funcionarios que así lo solicitaban.  A partir de 1966, desaparece el «giro físico» para dar lugar a un sistema similar al actualmente utilizado.   

 

Publicado junio 4, 2008 por José Manuel Morera Cabezas en Historias

Costa Rica, voto ejemplar   1 comment

«Iraquíes se lanzaron a las calles para demandar elecciones y elegir un gobierno». Así indican los cables de noticias publicados en LA PRENSA LIBRE (de Costa Rica, Centroamérica), Sección Internacionales, del veinte de enero reciente.

Esta información me hizo recordar un trabajo escrito realizado por mi hija en su época de estudios secundarios, hace más de una década.

Recolectó, de la prensa nacional de Costa Rica, las noticias con el tema de los procesos electorales y elecciones en varios países de nuestro continente y del mundo, e hizo una comparación con Costa Rica. En esas informaciones se destaca la inconformidad de los pueblos por no tener acceso a las urnas para elegir libremente y en paz a sus gobernantes.

Algunos conceptos de su trabajo, indican: «En Checoslovaquia – hoy dividida – miles de personas reunidas en la Plaza Wenceslao reclaman elecciones libres; mientras en Albania se elige por primera vez, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial».

En Filipinas, la jornada electoral se destacó por el robo de urnas y votantes que sufragaron en varios puestos. En la India, los comicios fueron aplazados tres semanas debido al asesinato de Rajib Gandhi. Y, en el Reino de Nepal, por segunda vez en la historia después de treinta y dos años, se celebran elecciones.

En Pakistán, la Primera Ministra Benazir Bhutto proclamaba la victoria en las terceras elecciones que sucedían en cinco años. Anteriormente, había acusado a las autoridades de robarle el triunfo en las elecciones parlamentarias.

Los angoleños votaron por primera vez en su historia, dieciocho meses después del fin de una de las guerras más sangrientas del Continente africano; en Nigeria los militares anularon la primera elección presidencial y al Tribunal de Elecciones, de esta forma detuvieron la transición hacia un régimen civil.

El presidente de Estados Unidos precisó que su país apoyaba el proceso tendiente a efectuar elecciones libres y justas en la ex-Unión Soviética.

En América Latina – omito el nombre de los países – han muerto decenas de personas en el proceso pre-electoral y durante las elecciones. En un país de esta región, se convoca a todos los sectores de la nación a unirse y realizar elecciones claras y ejemplares; en otras naciones los procesos electorales han sido tutelados y manipulados por militares y dictaduras.

En Costa Rica, Centroamérica, el panorama es diferente: a escala mundial y propia se elogia la pureza del sistema electoral. Aquí, el pueblo decide en las urnas electorales sin necesidad de reclamar elecciones libres porque somos testigos directos; no existe el fraude ni robo de urnas, no sufragamos en varios sitios, no padecemos la sombra del secuestro, amenazas, terrorismo o asesinatos, no anulamos elecciones ni tribunales electorales, no dependemos de la sombra del militarismo. Elegimos libremente.

Cada cuatro años nos corresponde dar una lección al mundo: ratificar el civismo del pueblo costarricense ante las urnas de elección popular; destacar el trabajo abnegado y cristalino de sus organismos electorales, con la plena convicción del respeto del orden jurídico en los procesos electorales, y en la creación y funcionamiento de los partidos políticos.

Hoy, los adultos debemos crear conciencia en nuestros hijos para que juntos defendamos y fortalezcamos este derecho, obligación y privilegio; situación que muchos pueblos no conocen; y hoy, como en Irak y otros países, reclaman en las calles ensangrentadas por la guerra, en las cárceles o en el silencio de la muerte.

Nosotros, por ser pueblo elector, debemos exigir a nuestros líderes políticos cumplir con sus obligaciones, cumplir con lo que se promete y así evitar que nuestros jóvenes y niños sientan indiferencia hacia las instituciones democráticas, partidos políticos y políticos.

José Manuel Morera Cabezas

(Publicado en EL ELECTOR, (Órgano informativo del Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica, Centroamérica. 03- 2004).

Publicado junio 1, 2008 por José Manuel Morera Cabezas en Opinión