La Constitución Política de Costa Rica del 07 de Noviembre de 1949 dio origen a la creación del Tribunal Supremo de Elecciones.
Es un honor y privilegio para nuestra Patria celebrar pronto los 50 AÑOS del Órgano Electoral.
Coincide esta celebración histórica con los acontecimientos políticos protagonizados por nuestros antepasados, en 1889. A partir de aquella página histórica (y otras no menos importantes desde la Colonia) conmemoramos las bases firmes de nuestra democracia.
Hoy, hace casi 110 años aquellos compatriotas acudieron a un proceso electoral. Los principales grupos, el PARTIDO LIBERAL PROGRESISTA (oficial) con Ascensión Esquivel quien tuvo el apoyo del presidente Bernardo Soto Alfaro, hasta ubicarlo en su puesto por ser el designado; y la oposición en el PARTIDO CONSTITUCIONAL DEMOCRÁTICO, encabezado por José Joaquín Rodríguez. Don José consiguió el triunfo electoral, mientras don Ascensión no aceptó la derrota, produciéndose el 7 de noviembre los hechos violentos que enfrentaron cuerpo a cuerpo a los hermanos costarricenses.
El pueblo costarricense, defensor de la paz y la legalidad, fue obligado a la acción guerrerista para defender con sangre la voluntad popular, manifestada en las urnas. ¡Con sangre se defendió el sufragio!.
Ante aquella situación, Esquivel prefirió renunciar a la Presidencia y entregar el poder al legítimo vencedor, evitando así una guerra civil.
Ayer, el pueblo exigió en las calles respetar el sufragio; hoy, también lo respetamos y defendemos. Costa Rica guarda en su memoria el civismo de aquellos hombres y tiene plena confianza en la honestidad y respeto en sus Organismos Electorales, el Tribunal Supremo de Elecciones y Registro Civil que día a día están presentes para defender y fortalecer el sistema democrático y proceso electoral transparente, reconocido por el propio pueblo y el mundo.
Como dato ilustrativo, conservo algunos recortes periodísticos referentes a procesos electorales en otras naciones. Extraigo los conceptos principales:
1. Reclamo de elecciones libres.
2. Robo de urnas y votantes que sufragan en varias mesas y sitios.
3. Comicios aplazados por asesinatos.
4. Fraudes escandalosos.
5. Guerras han impedido la realización de elecciones.
6. Anulación de tribunales de elecciones.
7. Anulación de elecciones.
8. Actos terroristas contra el pueblo y candidatos.
9. Procesos manejados por militares.
En Costa Rica es diferente. Inmediatamente el candidato reconoce su derrota y, a la vez, elogia la pureza del sistema electoral. Aquí, nuestros hijos saben que el pueblo decide en las urnas, como en 1899.
¡VIVA COSTA RICA Y EL CIVISMO DE NUESTRO PUEBLO!.
(Comentario propio publicado en LA REPÚBLICA, SECCIÓN OPINIÓN, domingo 03 octubre 1999, dedicado al Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica).
Deja una respuesta