El barrio Concepción o El Llano, en Alajuela, Costa Rica, es futbolero por naturaleza. En estas tierras se han distinguido personajes amantes de este hermoso deporte. Uno de ellos es «El Negro Zúñiga», don Carlos Luis Zúñiga Álvarez.
Sus primeros pasos los inició como jugador en ligas menores y en tercera división, debutando en el «Deportivo González», bajo la dirección de los señores Antonio González y Vladimir Aguilar, amigos y consejeros de gran calidad humana.
Aún siendo muy joven, pasó a las filas del «Brasil de Alajuela», uno de los mejores de la comunidad alajuelense.
Más tarde, fue llamado como «refuerzo» a dos poderosos conjuntos de la misma barriada, «El Barcelona F.C» y el «Atlético Nacional». Aquí sufrió lo que ningún deportista quiere: una lesión, en el muslo izquierdo, situación dolorosa que lo obliga a abandonar la práctica del fútbol, a los veinte años.
Por traer todo esto en la sangre, mente y corazón, se convirtió en técnico de un gran cuadro, el «Fluminense F.C», obteniendo campeonatos y clasificaciones en la tercera división. En este monumental cuadro del barrio El Llano, dirigió durante ocho años.
Pasó a ligas menores, donde obtuvo con sus niños, grandes éxitos.
En aquellos tiempos, nuestro barrio era diferente. El fútbol fue el pasatiempo preferido, pero el campo para realizar entrenamientos y encuentros, no era el mejor; siempre con un «pelonazo diagonal» (la plaza no tenía mallas, el transitar de la gente lo hacía diagonal para llegar de una esquina a otra) y el campo muy irregular, aún así siempre se practicó el fútbol, principalmente.
A grandes problemas, surgieron soluciones. Lo primero, constituir un «Sub-Comité de Deportes», integrado por siete valientes vecinos, recordamos a Dauber Gómez, Ruth Hidalgo, Rufino Lara, éstos, ya fallecidos, Ilmar Molina, Miguel Quirós, Joaquín Porras y Rafael Ángel Córdoba.
Para proteger el cuadrante deportivo, no quedó otra en esos tiempos que cubrir con malla metálica el área, plantar zacate a las «partes peladas» y construir las aceras del cuadrante.
Tiempo después, la organización decayó lo que trajo más problemas. Los integrantes optaron por el retiro, posiblemente por cansancio, críticas que siempre existieron o por falta de fondos económicos para cumplir con todos los sueños.
En nuestra querida Alajuela, el «sobrenombre» es importante para identificar a una persona, por tal razón, junto al nombre y apellidos adjuntamos el «apodo», para una mayor y mejor identificación. Estas personas se han partido el pecho en colaborar a la causa del deporte a «puro corazón y sacrificio».
– José Ángel Espinoza, «Manzana»
– Oscar Alfaro, «Marimba»
– Erick Gómez, «Lico»
– Luis Solórzano, «Manyú»
– Eduardo Rojas, «Charro»
– Francisco Rojas, «Pan torcido».
Posteriormente, viene una «segunda etapa» en el fútbol de este pueblo. La presencia de grandes entrenadores, citemos a Fernando Vega y Rafael Ángel Córdoba del gran equipazo de la época, en Alajuela, El Atlético Nacional, daba gusto ver este cuadro, un espectáculo, a pesar del terreno de juego que impedía un mejor manejo del balón.
Una anécdota en el «Negro Zúñiga», con relación al campo de juego, fue cuando invitó a la Selección de Tibás (proveniente de la Capital, San José) para enfrentar al Fluminense F.C. El dirigente del seleccionado capitalino le encaró con estas palabras o interrogación: «¿ señor, no le da vergüenza invitar a un equipo a jugar en este potrero?» . Fue muy duro, pero la realidad no podía ser otra. Esto sirvió para organizar un nuevo Sub-Comité.
La tarea en conquistar las cosas buenas no ha sido ni fue fácil para dirigir los destinos del deporte en esta población. Zúñiga invitó a Tulio Durán, Joaquín Vega, Francisco Rodríguez y Santiago Arguedas. Los cinco valientes se reunieron en varios «lugares prestados» hasta conseguir el Juramento por parte del Comité Cantonal.
A partir de este punto, comenzó una nueva lucha. Una lucha sin dinero en las arcas ni de dónde sacarlo; eso sí, mucho entusiasmo por la gran causa llanera.
El nuevo reto o tarea fue el «relleno» de la plaza. Se utilizaron 55 vagonetas con tierra, tierra «fiada» gracias a un señor de apellido Piedra que confió en la honestidad de esas personas por su lucha deportiva, con solo la firma de factura aportada por Tulio y Zúñiga.
De seguido, el señor Santos Montero, conocido como «Mallía», trajo la famosa «Ciudad Mágica» (aparatos mecánicos), actividad que aportó 18.000 colones de ganancia, utilizado para los primeros camerinos, construidos por contrato, pero muy pequeños.
Así como estaban los camerinos, por lo menos solucionaron por un tiempo el problema de falta de un lugar para las reuniones, aunque después se llegó a la conclusión de que no eran apropiados por su reducido espacio y otros problemas.
Por este nuevo inconveniente o problema, surgió la idea en Zúñiga de una moción para la construcción de una «Sala de Sesiones». La votación dio el resultado de 3 a 2, a su favor. Se inició la obra con 29.000 colones, hasta cubrir los 65.000 colones por el costo final.
Fundamental para la construcción de esta obra, fue la participación de Guillermo Alpízar, Gerardo Solano y Luis Solórzano; también las actividades de don Marco Tulio Durán con sus Ligas menores y el aporte de la Filial de Árbitros, quienes utilizaron los camerinos para sus reuniones.
Se logró un campo deportivo mucho mejor, lo que permitió organizar el Primer Campeonato, esta importante actividad trajo vida al pueblo y al campo de juego. La participación fue ejemplar con grandes equipos: El Olimpia de Canoas, Fluminense F.C, Villa Hermosa, La Pilsen, Los Higuerones, España Veteranos, Marco Tulio Durán, Cereales Santa María y el lindo juvenil Santa Cecilia.
Este torneo lo conquistó el «Flumi » en una gran final a dos encuentros, frente al Olimpia de Canoas.
Ante este éxito, se instaló una Soda para contar con un medio de ingreso económico para las competencias siguientes. Esto no fue sencillo porque a los mismos organizadores les correspondía asistir todo lo relacionado al negocio de café y comidas, para lograr que las entradas de dinero fueran netas al Comité.
Para lo anterior, participaron Luis Solórzano y Guady, quien en ese tiempo era un «mocoso» y a pesar de su corta edad, cumplió con todas las obligaciones que le encomendó la organización deportiva.
El otro gran reto fue «enzacatar» todo el campo, de marco a marco. Al señor Vicente Falcón Luna, vecino de nuestra comunidad, le donaron el zacate proveniente de un potrero en San Antonio del Tejar, así dio inicio tan inmensa obra. Puesto el césped, vinieron otros problemas.
Se acercaba el verano, que afectaría la puesta, pero no había que perder la gran oportunidad del regalo tan valioso. Se instaló y se acordó regar con mangueras, por las noches. Aún así, aparecieron las críticas, pero de ahí no pasaron. Rafael Acuña, conocido como «Tío» y Guady fueron piezas vitales para lograr la nueva meta.
Llegó una nueva etapa. La construcción de un «Pozo», para el riego del campo. El Comité Cantonal participó, distinguiéndose su presidente señor Diego Ocampo. De nuevo los «juegos mecánicos» dejaron al Comité importante ganancia económica. Fue duro, pero se logró lo programado.
El otro proyecto de Zúñiga, sin duda, mejorar los camerinos o construir algo mejor. No estaban satisfechos con lo presente, aunque haciendo frente a limitaciones económicas. Y de ahí la filosofía de Carlos al afirmar que «obra que no se inicia, nunca se termina», lo decía con sobrado convencimiento.
Con esta insistencia, se iniciaron las obras y al año siguiente todo fue diferente: dos camerinos totalmente nuevos, a un costo económico de un millón de colones, hasta lograr el tercer camerino con otros ingresos económicos, incluso, utilizando el espacio de la «sodita» como el número cuatro. Problemas solucionados en ese campo.
Otro gran acontecimiento en nuestra comunidad, fue el proyecto de construcción de la nueva iglesia. El Comité de Deportes, estuvo anuente a colaborar, con la sorpresa de encontrar alguna oposición en algunas personas.
Gracias a las ganancias otra vez por los juegos mecánicos, el aporte para la sagrada obra fue de más de un millón de colones, más una entradita de 175.000 colones que se destinaron a la construcción de la «Gradería de Sombra», orgullo para nuestra comunidad.
Posteriormente, el Comité integrado por Guillermo Segura, Carlos Luis Zúñiga, Eddie Fallas, Oscar Alfaro, Erick Gómez, José Ángel Espinoza y Marcos Durán, en los siguientes tres años, se enfrentaron a la gran tarea de cambiar toda la malla protectora del cuadrante y lograr el sueño de todos los «llaneros», nada menos que el sistema de iluminación a nuestro territorio deportivo.
Para la iluminación, fue especial el aporte de la señora Lupita Charpantier de la Asociación de Desarrollo Integral de El Llano, el Comité de Deportes y representantes de los equipos participantes quienes, entre otras actividades, realizaron «rifas» para obtener el objetivo trazado.
Después de concluidas estas obras, el Negro Zúñiga, con 28 años de pertenecer a los diferentes comités de deportes, renunció a su cargo por motivos de salud, sin cumplir el deseo de morir trabajando por el campo deportivo. Quería más por la comunidad y el campo deportivo porque su corazón estaba puesto en ellos.
Ya retirado, recuerda:»Siento nostalgia al no pertenecer a esta Institución, pero siento alegría cuando paso por las aceras de este campo, veo la iluminación, el campo verde, el pozo en su mejor funcionamiento, los camerinos nuevos, la gradería de sombra llena de espectadores, la sala de sesiones, en estas luchas estuvo mi interés, sacrificio y corazón. Con la colaboración de varios compañeros, hoy podemos decir a «todo galillo» que poseemos las mejores instalaciones de todo el Cantón Central de Alajuela. Aún cinco años después, sigo recibiendo muestras de cariño de mi querido barrio «El Llano».
Es bueno destacar que el actual Comité de Deportes de El Llano está constituido por Aníbal Arrieta, Emilio Soto y Javier Saborío. Ellos, en honor al trabajo abnegado del Negro Zúñiga, decidieron bautizar la Sala de Sesiones con su nombre; este reconocimiento lo llevará el resto de su vida, según sus manifestaciones.
¡Muchas gracias, vecinos llaneros, hoy, los niños y jóvenes están disfrutando de nuestro campo deportivo, bautizado con el nombre de «Carlos Luis Fallas Sibaja, Calufa» o Plaza de El Llano, Alajuela, gracias a la lucha de un montón de vecinos llaneros, amantes del lindo deporte… !
HOLA CABALLEROS QUE GUSTO ME DA ESCUCHAR HISTORIAS TAN SAGRADAS QUE LLEGAN AL CORAZON DE UN TICO 100 %COMO SOY YO, NACIDO EN PUNTARENAS, VIVO HOY EN DIA EN SAN DIEGO, CALIFORNIA, OJALA NO DEJEN DE PONER HISTORIAS DE NUESTRAS GENTE Y UN PASADO HERMOSA, QUE DIOS LOS BENDIGA , Y VIVA SIEMPRE EL TRABAJO Y LA PAZ…
OJALA TUVIERAN ANECDOTAS DEL MUNICIPAL PUNTARENAS FC DE LOS 60 70 80 90
ATTE LIC JAVIER BRENES