Cuando la mesa electoral o Junta Receptora de Votos, recibe el veredicto del pueblo por conducto de las urnas electorales, confecciona un acta con el resultado, firmada por los miembros de mesa de los partidos allí representados.
Me correspondió con todo orgullo formar parte de un grupo de compañeros representantes del Tribunal Supremo de Elecciones-Registro Civil en varias elecciones generales. Recoger el voto emitido, en sacos, debidamente sellados y las actas (copias) con el resultado, de las Juntas Receptoras de Votos, hace varios años.
Lógico que la tecnología era otra, diferente a lo que tenemos hoy. Para comunicar el resultado escrito en las actas, debía llamar por teléfono o utilizar el llamado “Bipper” (tecnología antes de los celulares), a los encargados en la sede del Tribunal Supremo de Elecciones, quienes recibían el informe de votos.
Allá, en un distrito de Puriscal, San José, visitar la pulpería del lugar, un día de elecciones, por supuesto, hacer una pausa para disfrutar de un delicioso refresco o un cafecito con algún pan o repostería, para agarrar fuerzas. Utilizar el teléfono público “administrado” por el propietario de la pulpería, siempre con visitas y más ese día, lleno de comentarios de uno y otro color político, cada uno con su tema, con calor de pueblo, contrarios en ideologías, pero amigos y vecinos del mismo barrio o comunidad.
En un aposento pequeño de madera, con rendijas, iniciamos la lectura del resultado electoral de varios distritos del cantón indicado, a la sede del organismo electoral…»mesa número tal, 10 votos para fulano, 5 votos para sutano, 40 votos para el otro, tantos votos en blanco…» Este delicado trabajo en manos de decenas de compañeros del Registro Civil y el Tribunal Supremo de Elecciones, por todo el territorio nacional. Un orgullo porque tuve que realizar esa función.
En cuanto a la pulpería, recuerdo a un grupo de contertulios, preguntar quién había ganado la mesa del lugar o mesas de otros lugares de Puriscal: «Oigan, amigos del Tribunal, «¿Quién ganó esta carajada?». Una sonrisa para el pueblo, interesado en el asunto pero todo es confidencial. Sin filtración de datos.
Pero cuidadito si alguno estaba “parando las antenas”, para escuchar mi voz, por las rendijas, dando la votación, simultáneamente con el organismo electoral. Posiblemente escucharon algún resultado. Si fue así, nunca pasó a más…
Mientras el T.S.E por conducto de la televisión hacía llegar los resultados al pueblo, los votos en sacos plásticos caminaban en carros, camiones, hacia la capital, en plena noche o madrugada. Y en la pulpería, mientras disfrutamos del cafecito o refresco.
Hoy, un partido político hace la convención electoral interna y al dar el veredicto de la ciudadanía, no encuentra las actas porque éstas están depositadas en el interior del saco.
En nuestro caso, el Tribunal Supremo de Elecciones adiestra correctamente al ciudadano miembro de mesa y otros puestos para que su funcionamiento sea eficiente, rápido y transparente. Posiblemente, en el transcurso electoral habrá errores, pero los mínimos.
Recuerdo cuando muy jovencito, menos de la edad para votar, ver sobre el ropero de mi casa, casona de paredes de adobes y techo entejado, con piso de tierra, una caja con documentos electorales, para una elección de presidente. “¿Qué es eso?” le pregunté a mi madre, quien se preparaba para ser miembro de mesa y era la encargada de guardar la documentación en la casa.
“Algo muy delicado, es para que votemos mañana en las elecciones, eso no me lo toca”, recuerdo sus palabras. Ya en la madrugada, se alistaba para asistir a la escuela del lugar, junto a otros miembros de mesa.
Por mi trabajo en la Institución mencionada y el ejemplo de mi madre, cada proceso electoral en mi país, gane quien gane, lleva mi reconocimiento por el valor Patriótico, Cívico, Democrático de nuestro pueblo. ¡Claro, un trabajo delicado! Es la voluntad de un pueblo manifestada en las urnas electorales y representada por el trabajo hermoso, transparente de una Institución Tribunal Supremo de Elecciones-Registro Civil, apegada a las leyes correspondientes y al sentir de un pueblo…
Hoy, otros funcionarios jóvenes hacen el trabajo, posiblemente con métodos más modernos, pero siempre con la esencia de servir a la Patria…
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