Arbolitos navideños, acetaminofén y adultos mayores   2 comments


 

Allá en las montañas de Naranjo y otros bellos lugares de nuestra Costa Rica, tenemos más de doscientas manzanas de terreno cultivados con hermosos arbolitos de ciprés, para la navidad. Bien verdecitos, frescos, alegres, recibiendo la brisa y sol navideños, todos bien cuidaditos, dan más vida y frescura a nuestras fértiles tierras.

Son miles, pero indefensos ante la mano humana, portadora de poderosas herramientas en su contra: grandes tijeras, serruchos, sierras de motor, filosos cuchillos. No tienen defensa, aunque son un ejército de color verde, ante unos pocos, bien armados, con el consentimiento de compradores, felices al ver caer uno a uno. Mutiladas sus piernas, bien agarradas con sus raíces a la Madre Naturaleza, van a parar al mercado nacional, aunque sean incompletos.Plantación de ciprés

Ocupan los lugares más vistosos de nuestros hogares, oficinas, parques, templos, escuelas, edificios gubernamentales, en todos lados, tienen un campito especial.

Ya mutilados, les ubicamos patitas de madera o bien tienen cabida en un tarro grande forrado con papel navideño, lleno de arena y piedras. Incluso, amarrados con cuerdas para no caer o pegar contra las paredes, después de estar bien plantados en la tierra que recibió sus semillas, los vio en todo el proceso de desarrollo y hasta la madurez, unos tres años después.

Les damos agua a beber,  azúcar y hasta pastillitas de acetaminofén, posiblemente para mantenerlos bien frescos y quién quita por aquello de algún “dolor o infección” por las heridas en sus pies, cosa que la tierra no lo haría de esta forma ni la Caja del Seguro Social las recetaría para tal fin.

Ya paraditos, sobran manos para su atención en colocar su vestimenta importada desde la China: luces de colores, música de villancicos, escarchas, nieves, lazos, colachos, regalos, campanitas y estrellitas.Arbol Navidad Yenory para ilustrar historia en blog adobe49

Aún así, bien elegantes pero con vida muy corta, despiden un riquísimo olor que inunda nuestros hogares y barrios. Vienen los vídeos, fotografías,  sin faltar la divulgación en las llamadas redes sociales dirigida a los familiares y amigos en el interior del país o fuera de nuestras fronteras. Todo el Mundo debe conocer a nuestro arbolito.

Días después…pasa la euforia navideña a la tica: los regalos, los tamales, las comidas, bebidas,  toros, el chinamo, lotería, el aguinaldo, el fútbol y el arbolito, posiblemente el más fotografiado de la familia, pasa a otro nivel que ya no es la familia. Muestra deterioro, sequedad, produce alergias, el olor no es igual, su piel se desprende y más bien produce basura o incomodidad en la casa, hasta lo calificamos como un peligro de incendio;  no es el mismo que conocimos en la montaña, está cansado. Hay que desvestirle, quitar los adornos y hasta la estrella puesta en lo más alto de su cabeza. Guardar todo a ver si el próximo año,  estos adornos son de utilidad o esperar las nuevas ofertas de los asiáticos con inventos navideños, más hermosos, de más costo económico, más colores y formas, para iniciar la misma jornada en la próxima navidad, con otros arbolitos sacrificados.

Le damos fin al arbolito, le reservamos un espacio diferente, lo echamos a la calle, en el caño, en un lote baldío que no es nuestro, allí lo tiramos o le volamos fuego. Ya no sentimos nostalgia y admiración por él. Allí se termina de secar por el fuerte sol, esperando el camión de la basura, tirado allí, recogido y mezclado con papeles sucios, líquidos hediondos, comidas y frutas podridas. Allí va quién nos dio alegría a niños, adultos y a nuestras mascotas; por él recibimos felicitaciones y paz en la navidad y deseos de buena salud en el año nuevo.DJSZ4ZJBAJD3DGTLCVWPJQCCZ4

No hay música navideña, guardamos las estrellas, las tiras de luces, los mensajes, las bolitas y campanitas de colores. El arbolito es triturado por la enorme máquina, recogiendo lo que no sirve, al compás de un sonido, similar a una campana, que ya no suena a Navidad…suena a cajón de la basura.árbol seco navideño

Moraleja: en la vida real o realidad nacional, estadísticas indican que para estas fiestas navideñas y otras fiestas, muchos adultos mayores, son despreciados, abandonados en la calle o en internados en centros de ancianos. Estas personas insensibles consideran que nuestros abuelos ya dieron lo mejor de sus fuerzas, su ejemplo, su trabajo, su herencia económica, cumplieron con lo que tenían que hacer y de ahí el desprecio y la calle…como los arbolitos.

Aclaro: jamás soy enemigo de estas fiestas de Navidad. Sus arbolitos, regalos, son la ilusión de nuestros niños. Una fecha con mucha alegría, felicidad, nostalgia y hasta perdón entre nuestros semejantes. Quiero, con este texto, observar el camino de cada arbolito navideño, su vida útil y de paso comparar parte de  su vida y su muerte con algunas injusticias que comenten muchos seres humanos con sus “viejos”, señores que en todo momento fueron de utilidad y luego despreciados. Vale que quiénes actúan de esta forma, son los menos, pero muy crueles…

Datos: Se indica en la prensa nacional que en CR, hay más de 200 manzanas cultivadas de arboles de ciprés. En Naranjo de Alajuela, 35 manzanas destinadas a la siembra de este cultivo. Diario Extra 3diciembre 2017. Sección Área Verde.

 

Publicado diciembre 28, 2017 por José Manuel Morera Cabezas en Historias

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