Hace más de medio siglo, se fundó un equipo de fútbol, de canchas abiertas de pueblo, en Concepción El Llano, Alajuela, con el nombre” Los corsarios F.C”. Ya en mil novecientos sesenta y ocho, los corsarios invaden nuestra comunidad y cancha de fútbol. No eran marinos en busca de piratas, ni nada parecido. Simplemente, deportistas con ganas de “meter pata” en la práctica del fútbol, en una cancha dura, casi pura tierra y peñones de zacate, sin mallas, como todas las canchas en esos años, en casi todos los pueblos de Costa Rica.
Así, los corsarios, contribuyeron a la práctica de este deporte y a fortalecer el fútbol en esta comunidad, hasta nuestros días. El Llano es conocido como un distrito alajuelense futbolero, donde han salido muy excelentes futbolistas y gentes amantes, reconocidos dirigentes de este deporte.
En esos tiempos, los corsarios tenían como refugio una casona antigua de adobes, donde sus propietarios habían instalado una fábrica casera de panes, sobresaliendo un pan especial, riquísimo, los “polvorones”, receta, dice la gente, propiedad inventada por del señor don Rubén Artavia, gran seguidor de “Los Corsarios F.C”.
La casona, ubicada detrás del marco sur de la cancha llanera, casi toda la propiedad, se utilizó para las reuniones del equipo corsario, para cambiar su ropa, baño, algunos brindis, escuchar muy buena música de tríos porque los propietarios eran una familia muy numerosa, amantes de la música, la tertulia, el trabajo y la relación comunitaria.
Testimonios orales, afirman que en la casona eran tantos, que bien formarían un equipo de corsarios, todos con el mismo apellido. Y con buena barra.
La casona con sus polvorones y la presencia de los corsarios, se convirtió en un centro muy visitado, tanto así que compartían entre ellos, buen café con polvorones, antes y después de los partidos. Y tanta relación tuvieron con la casona y el polvorón, que el alajuelense con eso de los apodos, mandó a un segundo plano el nombre de “Los corsarios F.C” por otro más criollo y con sabor, “Los polvorones F.C”. De esta forma, el pueblo decía: “Hoy juega el polvorón”.
“Los polvorones F.C”, un grupo de jóvenes de escasos recursos económicos, gente trabajadora, pero con alma y corazón en la cancha. Practicaron fútbol corazón, lo que falta hoy día en muchos profesionales costarricenses.
Su primer uniforme: les donaron a cada jugador una camiseta de punto, color verde boñiga y cada uno, según su bolsillo, conseguía la pantaloneta, del color que fuera, sin importar si calzaba o no con el color verdusco.
Luego, un chinito o de origen asiático, colaboró con “Los polvorones F.C”, don Juan Chan Jaén, quién funcionó como “dueño” del equipo, no de la casona ni de la receta de los polvorones de don Rubén, fortaleció a los muchachos y sus deseos por el fútbol.
El equipo tuvo su pegue. Partidos internos en La Plaza El Llano – años después este centro deportivo recibe el nombre “Carlos Luis Fallas Sibaja, Calufa”, reconocido escritor alajuelense y defensor de los trabajadores, de orientación marxista-leninista – y fuera de las fronteras de nuestro barrio, en Orotina, Finca “La Lucha” del señor José Figueres Ferrer, en la cancha de Santa Bárbara de Heredia, hoy, el parque central del cantón herediano, Río Segundo y otros centros deportivos.
El Llano de Alajuela, era el foco futbolero. Se armaban grandes encuentros con El Cruceiro F.C, Barcelona F.C, Brasil F.C, Canoas F.C, Fluminense F.C (hoy un grupo de nuevos muchachos conformaron un equipo con el mismo nombre brasileño y excelente organización), Atlético Nacional, este último conocido como el “El Rinconcito F.C”, un famoso bar en tiempos de los corsarios y polvorones y hasta nuestros tiempos. Un lugar ubicado a una cuadra al sur del Estadio Alejandro Morera Soto, donde siempre llega mucho público a presenciar las mejengas y campeonatos. Lo mismo el uso del centro deportivo para recreación. El nombre del equipo, Atlético Nacional, no fue sustituido, únicamente se le nombró de la otra forma porque, prácticamente, la sede del equipo era el bar mencionado. Así como la casona de don Rubén, para Los Polvorones futboleros y los corsarios.
Del seno de “Los polvorones F.C”, salieron o se formaron varios futbolistas a la primera división del fútbol nacional. Con dieciséis años pasó a la Reserva del Deportivo Saprissa, por un año; un año después al Carmen F.C y a los diecinueve años, fijo en Liga Deportiva Alajuelense. Don Francisco Rojas Araya, conocido como “Tati Rojas”, portero en La Liga, hoy con setenta y tres años de edad, recuerda con emoción todos estos momentos en la linda comunidad de El Llano.
Con orgullo nos muestra dos históricas imágenes: una, con el equipo manudo, acompañado de grandes figuras del fútbol alajuelense y nacional: los hermanos Erroll y Floy Daniels, Roberto Tyrrel, Edgar Zúñiga, Juan José Gámez, Chalazo Vega, Toyota Guillén, Palmareño Solís, Gerardo Vargas, Tribilín González y otras figuras que le dieron brillo al fútbol nacional y centroamericano.
Liga Deportiva Alajuelense. De pie: Tati Rojas, quinto, de izquierda a derecha.
La otra imagen: Tati Rojas, a la izquierda, acompañado de Roberto Tyrrel (E.P.D) y Gerardo Vargas (E.P.D).
Don Marcelino Delgado y Rafael “Guaco” Rojas, también llegaron a la primera división, desde El Llano de Alajuela.
De esta forma, con sacrificio, alegría y pundonor deportivo, «Los Corsarios F.C», promovieron el buen fútbol, su nombre fue olvidado o pasó a segundo plano, por la fama de la casona, por la gente que la habitaba y sus famosos polvorones. Ya no eran corsarios ingleses ni españoles; se convirtieron en populares llaneros, citamos, a: Claudio “Clarita” Herrera y su hermano Eduardo, conocido como “Catatillo”, Willy Camota, Curlin, Miguelín, «Negrete», “Guaco” Rojas, Alfonso Porras, Hermanos Peñaranda, Marcelino Delgado, Juan Sibaja «Monstrillo», “Huevo” Ramos, Toño “Cajetas”, Roberto «Pollitas”, “Jopito» Riquelme, Wilson Álvarez, Guido Rodríguez y los hermanos Roberto, Armando y Mario, estos tres últimos de los Artavias. De esta planilla, Negrete y Juan Sibaja, también participaron en la «dirección técnica» porque conocían un poquito de esta materia.
¡Muchas gracias a Los Corsarios y a los Polvorones! Con este o el otro nombre, Ustedes hicieron historia en nuestro Barrio Concepción El Llano, Alajuela… comunidad futbolera.
Testimonio oral, de:
Fernando Oviedo, 83 años
Francisco Rojas Araya, «Tati» Rojas, 73 años.
Armando Mora.