Archivo para abril 2010

Los espantos de El Llano de los Targuaces, una población rural adyacente a la ciudad   2 comments

Autor: Rodrigo Emilio Fernández Castillo

Académico Numerario

Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas (ACCG).

El Llano de los Targuaces es una población que podríamos llamar suburbana, ya que su ubicación está tres cuadras al Este del límite original que fuera de la ciudad de Alajuela(1795-1835), según el dibujo de don José María Figueroa Oreamuno. En este se demuestra lo que era para entonces, La Villahermosa de la ciudad de La Lajuela», un puñado de casas y sus vecinos, la plaza mayor hoy llamado Parque Central (Plaza Tomás Guardia), quien adoptara esta ciudad como a su niña de los ojos(Guardia nació en La Villa de Bagaces, Guanacaste), pero en ésta vivió, gobernó y murió. Durante muchos de sus años, en frente de esta plaza se encuentra la Iglesia por aquellos años llamada la parroquia, hoy con rango de «Catedral», como sede episcopal.

En fin, los targuaces de El Llano que después pasó a llamarse «Barrio de la Concepción en honor a la Inmaculada Concepción de María», podría decirse que a sus inicios estaba en el único suburbio al Este del cuadrante de la ciudad inicial de Alajuela, debemos de recordar que la ciudad de Alajuela, fue fundada en base a cinco barrios periféricos al centro del cuadrante, estos a saber: «El Barrio de los Targuases ubicado al Este, el que cubría partes del norte y sur de estos territorios como Río Segundo hasta Quebrada seca.

El Barrio de Las Ciruelas, ubicado al Sur del centro de la ciudad y que cubría poblaciones hoy muy importantes, como Villa Bonita, San Antonio del los Tejares, El Roble, La Guácima, el propio Ciruelas, San Rafael del Ojo de Agua y Turrúcares y sus llanos todos otros territorios de mucha importancia.

El Barrio de las Púas o Poás, que se iniciaba fuera de las márgenes del Río La Maravilla y abarcaba siguiendo siempre al Sur Este Oeste, hasta llegar a poblaciones tan importantes hoy día como el Distrito de Barrio de San José  o San Josecito de Alajuela, La Garita (límite entre Alajuela y La Villa de Atenas), y el próspero Cantón hoy de San Pedro de Poás, otrora llamado San Pedro de las Calabazas. El propio Barrio del Centro que limitaba al Este con el de los Targuaces y el Barrio llamado de Río Grande ( que iniciaba más allá del río de este nombre).

Pues bien, nuestras historias comienzan en uno de estos barrios, el llamado Los Targuaces, lleno de leyendas, de frondosos árboles, de grandes potreros, un río principal y grandes afluentes hoy casi secos y desaparecidos, fincas lejanas unas de otras, muy mala iluminación, estas eran las características de estos lugares, que abarcaban desde «El Llano de la Concepción, hasta el Monte del Carbonal y los llano de los Rosales; en fin, una basta gama de lugares con trillos polvorientos en el verano y grandes barriales en la época de invierno, aún  recuerdo como en el verano en su punto más álgido. Sonaban y resoban hasta reventar las llamadas «Chicharras», grandes palmeras, las rústicas cercas de Piñuelas, la pulperías y otras curiosidades que han ido desapareciendo en el paso de  los años que llamamos «Modernos».

Repletas de pericos de los llamados «catanos», en esta flora y fauna tan rica que existía, no faltaban las guarias, los lirios, los árboles repletos de sus coloridas flores, las frutas en los mismos, eran la delicia de cuantos parajes andábamos libres y juguetones, resbalando en tablas provistas de jaboncillo, o trepando y bajando de los árboles de mango, guayaba, cas, o nances, en fin era todo aquello un paraíso que lamentablemente se ha ido, me imagino para no volver jamás. El o los escenarios no podían ser más aptos para dar rienda suelta a los juegos, las comidas y las bebidas, y a la vez, dejar volar nuestras imaginaciones que nos llevaban a «grandes hazañas y momentos de felicidad», propio de niños, adultos y ancianos.  

Estos lugares estaban como encantados, llenos de misterios por doquier, en las pocas casas que habían se reunían por la noche las familias para realizar sus tertulias familiares, y con amigos y vecinos, luego vendría el último alimento del día, por la noche un chocolate o agua dulce, acompañados de un pequeño y ligero biscochito y pan dulce, el café era más para la mañana. Así cuando la noche avanzaba y más bien llegaban las horas de la madrugada y todo lucía en gran penumbra y la oscuridad se volvía más densa, empezaban a oírse toda clase de «espantos», por ejemplo se oía el llamado «lamento de la noche», bajando por el camino que venía del Carbonal, se oían las ruedas de la Carreta sin bueyes hasta que pasaba al puro frente de mi casa, allá a lo lejos por donde estaba el puente del Río Brasil o de la poza El botecito, se oían los lastimeros gritos de una mujer a la que llamaban La Llorona, y ni que hablar de aquellos hombres infieles, tomadores y jugadores que se atrevían a deambular en esas horas en la calle, a los que los acompañaba el llamado «Cadejos», hasta dejarlos en su casa con gran susto en el corazón y las piernas que temblaban, dice que muchos hombres enamorados de esos que echaban serenatas a distra y siniestra, en no pocas oportunidades, alzaron a una bella mujer en las ancas de su caballo, la que cuando volvían a ver con deseos perversos ésta se les convertía en una «Bestia a la que llamaban La Segua».

El caserío de El Llano ha sido a través de los tiempos objeto de muchas apariciones como por ejemplo solía salir en las horas de la madrugada un «Duendecillo Verde», o las famosas Botijas que se jugaban de una casa a otra o de una pared a otra, en fin por estos Lares dicen que salía el Padre Sin Cabeza, La Tule Vieja, El Ropavejero y un larguísimo etcétera que sería de nunca acabar.

Existían los espantos que atravesaban paredes cual si fuera unabarra de mantequilla (la de don Rafael Fernández Soto, que era de las mejores), y un sin fin de otros personajes de los más pintoresco de la ciudad y del campo, por ejemplo como la famosa «Moncha Quitas, Miguel Agua, Tejón, Mequele, don Manuel el titiritero, Hernán Nuco, don Balacho, don Lito el Sacristán, el señor Villalta sastre de la iglesia, don Manuel Álvarez Conejo el pulpero gobernador, las hermanas Alfaro Rojas, el Loco Cabezas, don Marco Tulio Soto el del huerto y la bruja, don Luis Morera (el del Molino de Cayetano) y el otro don Luis Morera (El barbero de mi barrio), en fin personajes todos muy ilustres y representativos de la comunidad del Barrio del Llano de los Targuases o Barrio de La Concepción. Y ni qué hablar de familiass nacionales y extranjeras que se asentaron por muchos años en esta comunidad, tales los casos, solo para citar algunas: Rosich, Los Piva-Aguilar, Piva Cu gola, los Rodríguez-Ocampo, los Campos Solera, los Galindo Pachón, Galindo Murillo, los Calvo Brenes y Calvo Sánchez y Murillos, doña Anita Huete, los Crespo Calvo, los Jiménez del Portugués, los Quesada, muy recordado don Napoleón (El otro pulpero), los Rosabal, los Camachos, los Fernández Rodríguez de doña Julia ex primera dama esposa de don León Cortés, los Solórzano, los Herra, los Flores Bulgarelli, los Bravo, Los Solanos, Castros y Chavarrías, Los Fallas y los Sibajas (Calufa y sus parientes), Los Valerios y los Zumbados, los Pérez Meneses, Los Álvarez Fuentes, Los Soto Sibaja, Los Castillos y Los Lizano, Los Montenegro Castro y sus descendientes, Los Moya, Los Bagantes, Los Arias, los Cruz, Los Gómez, Los Araya García, Los Artavias, Los González, Los Rojas, Los Charpentier Mora, Los Jiménes Luna, Los Montoya, Los Venegas, y en fin muchos más que se nos escapan a nuestra memoria, todas gentes de bien y muy apreciadas en el Barrio de El Llano (La Concepción).

Qué lástima grande este barrio con sus tradiciones se ha ido, para nunca más volver, el LLANO DE MIS AMORES, que ni antes ni ahora ha sido motivo de atraso en el desarrollo de la ciudad de Alajuela y ahora menos que nunca, tiene su bella plaza de deportes con luz eléctrica, gradería y otros, a un costado de ésta. La Escuela Comercial Alajuelense la de doña Soledad(+), que ahora es una Universidad, y que decir del Hogar Nacional de Ancianos Santiago Crespo Calvo, el Colegio Redentoristas, el Colegio Marista(en el límite mismo de la Calle Ancha y ciudad con este Barrio, Urbanizaciones y casas modernas, comercios modernos, Iglesias y templos para todo gusto, la Escuela Juan Rafael Meoño Hidalgo, la Escuela de Enseñanza Especial Marta Saborío Fonseca, supermercados, abastecedores, carnicerías, farmacias, ferreterías, Escuela de Artes Manuales María Pacheco, nuestro Estadio Alejandro Morera Soto. En fin, un Barrio de El Llano igual que el hermano Barrio El Carmen también en franca evolución y progreso, que como cualquier otro barrio de nuestro país, tiene aspectos positivos y negativos, para eso somos Humanos y no Divinos, y para eso estamos los humanos, para mejorar en lo posible lo que se pueda.

 

Diablo a caballo 3 BYN

El diablo a caballo. 1930/1940.

Mascaradas en El Llano, Alajuela. Mascaradas 3Firma y sello

Publicado abril 22, 2010 por José Manuel Morera Cabezas en Historias