El señor de los tiliches   Leave a comment


Todas las herramientas son de segunda. Candados, martillos, serruchos, destornilladores, EL TILICHERO DE ALAJUELA. llaves de paso, codos y uniones, llaves para uso mecánico, seguetas, cepillos para carpintería, afiladores, formones, limas, cucharas para albañilería, metros, niveles, machetes, cuchillos, espadines, brocas, cinceles, arandelas, tijeras y un sinnúmero de objetos necesarios en el hogar y el trabajo, están presentes en un dos por tres en el carretillo metálico «El Peregrino», propiedad de don Lindor Saborío Mejías.

Siente orgullo por su apellido porque es muy popular y proviene de familia «platuda»,  dice, con la diferencia de que todos tienen dinero, contrario a él quien nació «tieso», pero satisfecho de sus oficios, que son su mejor capital y ejemplo para la humanidad.

«Chava», porque en Alajuela no puede faltar el apodo, es un alajuelense auténtico y un trabajador ¡eso sí de primera! aunque las herramientas en venta tengan otro calificativo, pero todas en perfecto estado.

Trabajador incansable, nacido hace setenta y cuatro años y de ellos, cuarenta dedicados al oficio que hoy ostenta con mucha satisfacción, lo divisamos a diario confundido entre peatones, tránsito de vehículos y comercio local, con su valiosa mercancía en la esquina de las busetas «Tuasa» (Empresa de autobuses), en el corazón de la ciudad.

No hay duda. Don Lindor tiene las herramientas y repuestos para toda necesidad, siempre a menor precio y al instante; si por casualidad el comprador no encuentra lo que busca en este establecimiento con ruedas, don Lindor corre a conseguir la herramienta  para complacer su clientela y con ello mantener vigente su trabajo, el que le da comida y el cafecito diario, chorreado en su hogar y puesto en un termo que todas las tardes saca para disfrutar, allí, entre el público y actividad comercial de la ciudad.

Don Chava implantó su propio horario. Labora de siete de la mañana a dos de la tarde, sin derecho a vacaciones, o huelgas para exigir aumento salarial, menos ganar horas extras o premios. Aún así, dice no sentir cansancio, feliz y agradecido con Dios por su trabajo propio. Lo cierto es que hace más de siete décadas nació un auténtico amigo del trabajo, con honradez, espíritu de lucha y servicio a la comunidad.

«Soy hombre «breteador» y nunca he sentido vergüenza por más humilde o sencillo que sea la ocupación», manifiesta mientras amplía su currículo laboral:»trabajé cuatro años en Fertica Puntarenas y en el Juzgado de Trabajo aquí en Alajuela, donde ejercí la mecanografía, vendí copos y granizados al precio de diez y quince centavos, así es que nunca me he agachado ante nada».

El carretón lo bautizó con este nombre, debido al peregrinaje de todos los días a las instalaciones del aserradero Chico Loría donde lo protege junto a sus herramientas de los ladrones y vagos, que por cierto abundan en la ciudad amparados a la libertad y libertinaje que disfrutamos.

Si Clodomiro Artiaga, el ñajo, popular personaje de la conocida canción del nicaragüense Carlos Mejía Godoy y Los de Palacagüina, recorriera el centro alajuelense a realizar las compras a la ferretería, de seguro llegaría siempre con su truco cantando y silbando para no olvidar nada ante «El peregrino»: «ahh, don Lindor, don Lindor, óigalo con musiquita silbada…véndame una libra de clavos y un formón/una libra de clavos y un formón…»

De seguro don Chava le respondería: «porque he escuchado su linda canción, aquí tiene lo que necesitas…»

EL TILICHERO DE ALAJUELA.
Glosario:
Tiliches: nació de las antiguas ventas ambulantes, con sonidos de ollas y otros accesorios metálicos, que en su desplazamiento producen un sonido “tilín, tilín”, de ahí la palabra de uso popular.

Platuda: que tiene dinero
Tieso: palabra usada en Costa Rica, para decir que no tiene dinero.
Breteador: que es excelente para el trabajo
Fertica: empresa fertilizantes en Costa Rica, Centroamérica.
Ñajo: dificultar para pronunciar las palabras.
Tuasa: empresa de autobuses, en Alajuela, Costa Rica, C.A.
Copos, granizados: raspados de hielo, con colorantes y sabores

Publicado abril 13, 2008 por José Manuel Morera Cabezas en Historias

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